La Superliga Europea es una pésima idea que no solamente monopolizará el juego a escala club, sino que además acabará con lo poco que queda del ‘deporte del hombre’, tras la implementación del VAR y demás ‘experimentos anti-fútbol’

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— A medida que los clubes de fútbol de Europa se recogen a sí mismos a raíz de la pandemia, la batalla por quién dará forma a la recuperación del juego se está calentando a medida que los equipos de élite se enfrentan a los más poderosos traficantes de influencias para el control de la estructura de la competencia.

Algo que no beneficia en lo mínimo a los ‘chicos’, ni a los formatos tradicionales, y que podría acabar con lo poco que queda del fútbol a manos de los ‘más adinerados, poderosos, en influénciales’.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque las sociedades liberales muchas veces son manipuladas por una supuesta libertad de expresión o de acción, detrás de la cual se esconden intereses de dominación y monopolio.

Y es que, si aún no entiende, esa Superliga que tienen contemplada realizar conllevaría un cambio de estafeta y poder. Todo como parte de un perfecto golpe de estado de los grandes hacia los de pantalón largo dentro de la UEFA y la FIFA, que se llevaría de corbata al resto del fútbol Mundial.

Acusado de elitista y de poco realista, el proyecto ya genera polémica, a pesar de que apenas han trascendido detalles de manera oficial y de que varios de los clubes implicados –entre ellos, el Barça- han firmado cláusulas de confidencialidad.

También genera numerosas incógnitas, ante las cuales, ya se ha postulado el ente rector del fútbol mundial, mediante una defensa a ultranza de su autoridad, defendiendo a capa y espada los torneos que creó y que administra en términos económicos y ha respaldado a la UEFA en este pequeño 'golpe de estado' que supondría un nuevo torneo fuera de sus dominios.

¿Será suficiente para frenar el interés de los grandes equipos, que tienen amarradas a las grandes estrellas y en consecuencia son dueños de la gran masa de audiencia mundial? El pulso está para alquilar balcón.

Y siendo sincero, no lo creo. Ellos, los grandes, procederán —a menos que suceda un milagro o una desgracia— con su plan original, que no solamente es algo temporal, sino una verdadera curita intentado tapar una herida de bala.

Algo que a la larga se reabrirá y sangrará hasta que deje sin vida al mismísimo futbol.

Ellos se pueden inclinar hacia partidos elite, excluyendo a los equipos chicos, pero sin que los avale la FIFA, su torneo de ‘gigantes’ de nada les sirve si no más que para recaudar dinero, a corto plazo, previo a otro desastre de consecuencias astrales.

Un efecto dominó que les pegará como bala salida por la culata.

ALIVIO MOMENTÁNEO

Y es que su plan, por lo menos para este servidor, no tiene sentido aún se jueguen los 30 partidos.

Según los directivos, es posible llegar a ese monto de juegos, en un torneo europeo que tenga 16 equipos. Es más: si cada jornada está hecha de clásicos y no de 'rellenos', facturarán más que los 120 millones de euros que hoy reparte la UEFA en premios.

El racionamiento es simple y se escucha casi en todas las ligas profesionales del mundo, incluso la de la MLS: el espectáculo lo pagan unos pocos, que son los que más invierten en fichajes y tienen más seguidores, y ganan muy poco pues en el camino acaban 'manteniendo' a muchos.

Se dice que los líderes de los clubes poderosos trabajan, en secreto, para definir un sistema que permita competir de esa manera y explotar más todavía los derechos de televisión. Y como era de esperarse, la UEFA, administradora de la Champions, enfureció ante la idea de que la pasen por alto y acudió a su jefe inmediato, la FIFA, para parar de una vez esa iniciativa. Según el último comunicado, a fuerza que lo logró.

Sin embargo, a mi pensar (y lo comparten muchos) es una enorme inconveniencia intervenir en el modelo actual del fútbol a causa de la pandemia, ya que los clubes volverían a generar los niveles de ingresos anteriores una vez que las vacunas estén totalmente implantadas y los aficionados vuelvan a los estadios.

La mejor manera es seguir con el ecosistema del fútbol actual, donde tenemos unas ligas nacionales fuertes a nivel económico y una Champions (League) excelente y también fuerte a nivel económico, y seguir trabajando, y no hacer unos cambios radicales que rompan todo el ecosistema. ¿Y sabe por qué? Porque hay que proteger todo el ecosistema, y hacia dónde vamos se autoprotegen todos.

Y es que de una vez por todas, hay que decir 'basta' a la voracidad económica de algunos clubes que lo reducen todo a 'Más dinero para mí, yo genero mucho, quiero más', y desprecian sus competiciones nacionales y la Champions y lo que ha sido el fútbol europeo durante toda su historia. Ya basta. Es momento que este egoísmo que existe muera y se queme en lo más profundo del abismo.

INFLUENCIA GRINGA

Y no, no me alejaré de la realidad, y del otro elefante en la habitación. Uno que muchos no ven existe. Es obvio que el deseo del Manchester United y del Liverpool de crear una competición con plazas garantizadas se debe a los antecedentes deportivos de los propietarios de estos clubes en Estados Unidos.

Sin embargo, me cuesta entender por qué el Real Madrid y el Barcelona, que pertenecen a sus socios, deseaban inscribirse.

La familia Glazer, que compró el United en 2005, es propietaria de la franquicia de la NFL Tampa Bay Buccaneers, mientras que el Liverpool pertenece al Fenway Sports Group, dueño de los Boston Red Sox de béisbol.

Y a ‘calzón quitado’, el Liverpool y el United tienen otro concepto de la industria del deporte, ellos valoran mucho el valor de su club para que si mañana tienen que venderlo, recuperen inversiones o ganen más.

Algo que no es el cas0, por ejemplo con, Barcelona y Real Madrid) porque estarían poniendo en riesgo todo el ecosistema del fútbol para, teóricamente y según sus números, (ganar) unos cuantas decenas de millones de euros.

No es entendible, los ingresos que van a poder conseguir de más no compensan lo que va a hacer caer el ecosistema del fútbol en los próximos años. Al final van a ingresar menos en global, por lo que para mí, es un delirio de grandeza totalmente equívoco.

El momento, me quedo con lo dijo la FIFA en días recientes, y eso es apretar, hacerle huevos, e insistir en que, no solo se oponen ante la Superliga y sostener las amenazas de prohibir a los jugadores que participaran en ella jugar en el Mundial.

En cierre, es por eso por lo que no debemos aferrarnos o ilusionarnos con lo que no nos queda, y no nos corresponde, porque arrebato no es igual a aplomo, y la intimidación no equivale a dominio.

Los dejo. Hasta la próxima.

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