Problemas de Dodgers y Angels pintan similares, pero a la vez distintos; La baja de Julio Urías dañó a su equipo, familia y reputación, mientras Angels lloran por el codo roto de Shohei

Problemas de Dodgers y Angels pintan similares, pero a la vez distintos; La baja de Julio Urías dañó a su equipo, familia y reputación, mientras Angels lloran por el codo roto de Shohei

Por René Romano X: @reneromanosport

LOS ÁNGELES, EE.UU. – Todo marchaba bien hasta hace unas semanas atrás.

Julio Urías lanzaba sus mejores entradas con los Dodgers, ponchando a quien se le ponía enfrente, mientras Shohei Ohtani maravillaba al Mundo con su bate y su talento ambidiestro en la lomita de los Serafines.

No obstante, llegó la desgracia cuando menos se lo esperaban.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.


Porque mientras por un lado Shohei se perfilaba a finalizar el año en carácter de MVP de su equipo, y con grandes posibilidades de llevarse el de la Liga Americana, en la Nacional, el bullpen de los Dodgers se asentaba, con una enorme ventaja sobre su más cercano escolta, y en cruise control rumbo a otro cetro divisional y los Playoffs.

MALDICIONES QUE CONDENAN

Pero de la nada, sin aviso previo, llegó la maldición que cayó como estruendo.

Problemas para Dodgers y Angels muy similares, pero a la vez distintos, con la baja de Julio Urías, quizás para siempre, debido a su mala cabeza, y por el lado de Serafines, la baja de quien al igual que Julio, pudo haber lanzado su último inning con la vestimenta de quien hoy, es su equipo actual.


Ambos agentes libres en la post temporada, y como reiteramos, posiblemente quemando sus últimos cartuchos con sus respectivos equipos.

Una desgracia tan grave como la otra.

Por el lado de Dodgers, un golpe anímico del tamaño de la Torres Gemelas, al quedarse sin un brazo clave previo a la postemporada, aún esté recuperándose Walker Bueheler de la mismísima operación que mantendrá al margen del diamante al serpentinero de Angels hasta 2025 con suerte.


ÁNIMOS POR LOS SUELOS

Para ambos, quedan las lecciones aprendidas y la esperanza de cerrar bien el año.

Uno lavándose la cara, intentando salvar su orgullo (Angels), mientras el otro, recoge las piezas rotas de algo que en mi opinión personal, tiró a la borda el Culichi con pésimas decisiones que le costarán su carrera en las Grandes Ligas, y a Dodgers, llegar mermados por enésima vez a los Playoffs.


En cierre, situaciones extremadamente lamentables:

La de Angels, por los errores garrafales de Arte Moreno en no intercambiar a Shohei cuando pudo enviarlo a otra realidad y quizás salvarlo de una nueva lesión al darle un cambio de aires.

Por el lado de Dodgers, la mala cabeza de un reincidente en abuso doméstico, que ni en sí mismo pensó cuando decidió no resistir a una invitación en un sitio, (BMO Stadium del LAFC de la MLS) donde gobiernan el desmán, el licor, la irresponsabilidad, la arrogancia y la prepotencia.

Los dejo. Hasta la próxima.

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