SAÚL, ‘EL EGO’ ÁLVAREZ

Canelo y sus fans saben que no es el rostro del boxeo, pero en su afán de ‘revivirlo en el ocaso de sus 15 minutos de fama’, inician el humo de una ‘revancha’ ante Bivol que ya le ganó y se rehúsa en aceptar 

Por René Romano

LOS ÁNGELES, EE.UU. – Bien dicho está que, los sensatos se retiran, los inmaduros abusan, y sólo los tontos admiran.

He allí, la descripción de los fanáticos de Canelo y el mismo boxeador en una sola oración. 

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque no hay necios más insoportables que aquellos que tienen algún talento.

Y es que, tanto ‘prensa’ como ‘el entorno’ de alguien que tiene bien lavado el cerebro en insistir creer que es el mejor, siguen con la necedad que ellos mismos promovieron y de la cual se aferraron.  

Una mentira del tamaño de México entero: que el Canelo, es el gran campeón y el mejor de todos los tiempos. 


Una ridícula falacia que ya caducó. Una que ya nadie les compra. Una que solamente en el Sur y alrededores creen y mantienen viva, y que ha llevado a extremos a muchos, que incluso, lo ponen junto a los verdaderos grandes del deporte como un día lo fueron Floyd Mayweather Jr, Rocky Marciano, Mike Tyson, Muhammad Ali y Sugar Ray Leonard entre otros grandes del pugilismo. 

REGULARMENTE, IRREGULAR

Y es que a Canelo, la moneda se le acabó. Su escogencia de pelear ante rivales ‘regulares’ con la ayuda de estrategias de deshidratación, de escenario adverso, y quien sabe en cuántos casos, de dopaje (por lo cual ya fue suspendido), han puesto las cosas en su lugar.

Canelo es un peleador mexicano, para mexicanos. Promovido por mexicanos, hacia los mexicanos. Uno que ya fue derrotado no en una (Mayweather), o dos (Bivol), sino en cuatro oportunidades (dos ante GGG), con la duda en el aire de una quinta, ante el cubano Lara que como siempre, le dieron los jueces empate o pierda.


Algo que – de forma oficial – ha quedado en dos, gracias a los mismos jueces que siempre están de su lado y bajo la mirada/dominio y quizás ‘payroll’ de Mauricio Sulaimán, eterno inventor de fajines cada que el Canelo cumple años o cuenta un chiste.

En síntesis, una carrera plena, con riquezas de sobra en el camino, pero nublada por la exageración de los medios de su país e infiltrados en el extranjero en medios de peso mayor, que lo ponen en un pedestal que no merece. No ayer, hoy, mañana o después, y que es algo sumamente difícil para ellos de comprender, pues en sus mentes, ‘como México no hay dos’. 


NO TIENE SENTIDO

El punto aquí, dicho lo anterior, es que, si atención es lo que quiere, y ser el ‘rostro del boxeo’ lo que pretende, tal y como sus paisanos lo han promovido y le han lavado el cerebro, no debe insistir más en otra pelea con Bivol, que ya lo venció ante la mirada del mundo entero.

La única forma de cambiar el pensar de los cuerdos y neutrales (que somos pocos), es tomar una pelea con alguien que si le pueda presionar y exigir a dar lo mejor de sí, como un David Benavidez, Jermell Charlo o un Artur Beterbiev. Caso contrario, culminará su carrera peleando ante los mismos sacos de papa de siempre. 


Unos que se pararán por 5, 6, 7 y hasta 10 o 12 rounds, y saldrán con la nariz quebrada y bien cacheteados como lo vimos más recientemente con John Ryder. Y claro, con la mano del afamado Canelo en alto, como suele suceder cada que le ‘organizan’ algo en pleno feriado ‘Nacional’.

En cierre, nunca olviden que, cuando aceptas lo que eres sin tratar de cambiarlo, lo que eres se empieza a transformar.

Los dejo. Hasta la próxima.

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