Algunos se aferraron a un inesperado ‘slump’ de Dodgers para restarle honor a quien honor merece; su levantón es de miedo, como lo es la reestructuración de un clubhouse con Albert Pujols, y un Julio Urías que pinta para All Star. Tarea imposible de Padres y Giants en el Oeste

Por René Romano @reneromanosport @IamRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— No fue hace mucho tiempo atrás que parecía y se palpaba como si todo el mundo estaba preocupado por los Dodgers de Los Ángeles.

Decían que no se levantaban. Que estaban al borde del abismo. Que no eran los mismos que se coronaron campeones en 2020 y que la magia, aun con todo y refuerzos se les había agotado y que no había forma que podrían repetir.

Y permítame decirle que ¡Qué equivocados estaban!


Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque si bien es cierto que, estaban perdiendo, caían como moscas las lesiones, y el panorama de la Liga Nacional Oeste hizo que pareciera que los Dodgers, listos para desafiar el récord de victorias a principios de 2021, no podían escapar con otro título de división, de repente, de forma silenciosa y con mucha enjundia detrás de su impulso, volvieron como los grandes, como verdaderos campeones, y hoy en día, lucen dominantes de nuevo, incluso con una alineación que no está cerca de toda su fuerza y potencial.

Y es que es cierto que, nunca estamos tan equivocados como cuando creemos saberlo todo.

Durante ese ‘slump’, sufrieron las bajas de cuatro jugadores pivótales en posición habitual, incluyendo a Mookie Betts, y aun así ganaron casi dos puñados al hilo.

Una embestida que incluyó una barrida —de visita—de los Giants de San Francisco que llegaron a dicha serie con el mejor récord en el deporte, de paso, enviándole un mensaje muy claro a su rival más peligroso de división, los San Diego Padres, en un tramo en el cual los Dodgers estaban desesperadamente necesitados.

NADA ESCRITO

Ojo que con esto no damos nada por hecho, porque en esta vida, nada está escrito. No obstante, es una clara lección que a un campeón jamás se le da por muerto. No con menos de un cuarto de temporada por disputar.

Recuerden que, aquel que tiene fe no está nunca solo. Y esa no es la excepción con esta novena, que aparte de tener esa tan necesitada confianza incondicional en los suyos, posee una química impresionante, dentro de un camerino que ha sabido limpiar Dave Roberts, y reestructurar tras las bajas de jugadores de la talla de Manny Ramírez —un cáncer total— y Kiké Hernández, por ejemplo, que tenía una ‘voz de peso’ dentro del clubhouse de la ‘Tropa Azul’.

Esto es algo que rápidamente se solucionó con el arribo de gente como Mookie Betts en 2020 y aunque no fue del agrado de muchos, el aterrizaje de Albert Pujols en dicho camerino.

Dominicano que, a principios de mayo, fue designado por los Angels, para asignación a pesar de que le debían el saldo de un salario de 330 millones para 2021, la última temporada del contrato de agente libre de 10 años y 2 240 millones que firmó con los de Anaheim hace mucho tiempo.

Así ‘libre y sin amparo’, llegó al equipo más grande del Oeste de Las Grandes Ligas, que son conocidos por su profundidad en el roster, pero en este momento con cinco jugadores clave-Seager, Cody Bellinger, A. J. Pollock, Zach McKinstry, y Edwin Ríos-sufriendo, pasando, entre, frente o superando quebrantos y obstáculos de salud.

OTRO LÍDER

Situación que ha ayudado a crear un lugar para Pujols, al menos en el corto plazo, en primera base y como bateador emergente diestro.

Eso dicho, debo asegurarles que los Dodgers esperan que las métricas sólidas de la bola bateada de Pujols auguren un levantón en el plato, y probablemente, así puedan mejorar sus posibilidades de producir a un nivel adecuado al limitar a

Pujols a situaciones con ventajas de novena — o platoon— que sea posible.

¿Y saben qué? Independientemente del resultado de su paso por los Dodgers, al final de cuentas, bueno o malo, Pujols se erige como uno de los mejores bateadores en la historia de la MLB y un futuro Hall of Famer, por lo que no está de menos decir que aparte de brindarles amplia experiencia, tras sumar otro líder a un camerino donde no es aceptable conformarse, acomodarse, ni mucho menos, acostumbrarse a perder, les suma confianza y apoyo.

Y mientras el bateo se luce y propulsa a la ‘Tropa’ sobre sus rivales, el pitcheo continúa luchando ante sus adversidades, y corrigiendo hasta los más mínimos errores.

Una de las situaciones corregidas de mayor apremio, está en el desarrollo a plenitud del sinaloense, Julio Urías. Un lanzador que, los Dodgers trataron en ciertos pasajes de su carrera como si estuviera hecho de vidrio. Sí, a pesar de que Julio

Urías solo tiene 24 años, muchas veces fue puesto entre algodones por los de Chávez Ravine.

Algo que hoy, ya no cabe ni merece referencia alguna. El ex uber-prospecto es ahora un lanzador de calibre All-Star dentro de las Grandes Ligas, por lo que valió la pena la larga espera.

Su transición de posible titular a titular legítimo de primera línea ha permitido a los Dodgers prosperar en circunstancias particularmente amenazantes. La evolución del zurdo mexicano ha transformado a los Tres Grandes en los Cuatro

Grandes, Urías se mantiene allí, en el mismo escalón o pedestal con Trevor Bauer, Clayton Kershaw y Walker Buehler.

El lanzador que pasó temporadas anteriores en pleno sube y baja entre la rotación y bullpen ha hecho sólidas y múltiples aperturas, empatado en el equipo con Bauer y Kershaw.

CONSOLIDADO

Además, algo que pocos saben es que, su bola rápida se acerca a 96 mph, mientras su curva y cambio de velocidad siguen siendo casi imposibles de controlar.

Otro factor es que, se apoya en Kershaw en busca de un líder y mentor. Y a decir de Dave Roberts, tiene una gran influencia en él.

"Mira todo lo que hace Clayton.”, dijo el skipper recientemente. Roberts además aseguró que, “Julio entiende cada pequeño detalle y lo valioso que es todo lo que lleva a un día de inicio. Así que ha crecido exponencialmente. Probablemente el mayor crecimiento de cualquiera en el club, para ser honesto, en los últimos cinco años.”

Al respecto, Urías agregó que, “Clayton es el mejor ejemplo. Siempre he dicho desde que llegué a las Grandes Ligas, que estoy al lado de los mejores en los últimos años. Es increíble, cómo trabaja, cómo se enfoca, qué hace para competir cada cinco días. Detrás de él está Buehler, detrás de él está Bauer. Los tres funcionan de una manera que es muy buena.

"Para mí, estar en una larga temporada regular y un pitcher como ellos, ¿qué más podía pedir? Tengo tres maestros tremendos a mi lado, sentenció, confirmando que si el mexicano continúa lanzando así, será observado así por la próxima ola de lanzadores de los Dodgers.

Claro, a menos que ya lo vean así….

En cierre, insisto en que, no fue hace mucho tiempo atrás que parecía y se sentía como si todo el mundo estaba preocupado por los Dodgers de Los Ángeles. Y permítame decirle que, ¡Qué equivocados estaban!

No solo están para repetir en su división, sino además para volver a la Serie Mundial representando al Oeste. Sí, muy por encima de los Padres, los Giants y cualquier obstáculo que les pongan enfrente.

Los dejo. Hasta la próxima.

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