La UFC y Bellator nos siguen demostrando tener más seriedad que el Boxeo con peleas y combates transparentes, imparciales y sin tanto circo. Es cierto que la máscara de la mentira luce atractivos inexistentes y nos obliga siempre a detectarlos.

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.– Bien dicho está que, la seriedad de un oponente debe ser desarmada con la risa y la risa con la seriedad.

Algo que bien hacen los máximos entes de la artes mixtas marciales, al responderlo a sus homólogos del boxeo como lo merecen: con peleas y combates transparentes, imparciales y sin tanto circo y que pesan más que cualquier mercadeo pronunciado y el pago por ver.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque hasta el momento, aparte de las peleas de Rigondeaux, Pacquiao, Spence, Chisora, Parker, Donaire, Davis e Inoue, nada ha sido algo serio. De sustancia o mucho menos digestión.

Lo demás ha sido de chiste, nula seriedad y altamente predecible.

Algunos casos incluso, dignos de ser tildados como robos. Las peleas de Ryan García y Canelo por ejemplo, encabezando un pelotón cirquero en el cual saludan con sombrero y maquillaje ‘cantinflesco’ personajes como Jake Paul, Floyd Mayweather, Chris Arreola y Andy Ruiz, y no exentos a los escándalos alrededor de Jermell Charlo por ejemplo, que fue derrotado claramente por el argentino Brian Castaño, que esa noche fue robado de su segunda victoria en menos de tres años por no ser ‘popular’ o ‘producto de humo’ como un Canelo, un Ryan, o un Oscar de la Hoya por ejemplo, que será duramente castigado en septiembre por Vitor Belfort.

Vimos hasta a Chávez Sr e hijos en una triple velada en la cual toda esa familia hizo el ridículo a cambio de unos centavos.

Algo que han contrarrestado las artes mixtas marciales con funciones dignas de lo que cobran y nuestra atención.

NI SU ‘CANELO’

Está tan perdido el boxeo que ni la estrellita de los medios del Sur, el ‘Canelo Álvarez’ no encuentra ni encontrará algo atractivo hasta el mes de Septiembre, si es que los responsables de su carrera se animan a ponerlo ante un rival digno y no otro bulto como los que siempre le ponen enfrente.

Y lo sé, se vienen algunas peleas atractivas que puedan cambiar nuestro pensar, o la forma de ver las cosas. Entre ellas destacan las de Anthony Joshua vs Oleksandr Usyk, Tyson Fury vs Deontay Wilder III, Teófimo Lopez vs George Kambosos Jr y la de Stephen Fulton vs Brandon Figueroa.

Y a menos que sean de carácter espectacular, no creo logren la seriedad, la astucia y el esfuerzo que han logrado Bellator y la UFC.

Obvio que con esto la intención no es comparar un deporte con el otro. Tampoco es un intento de hacer ver mal al boxeo. Pero es un deporte que necesita de una limpia inmediata. Esto al dejar de alcahuetear peleas de ‘catchweight’ y espectáculos cirqueros como lo son las peleas de Canelo, Mayweather y Jake Paul.

Es más, aun frenen esta ‘moda’, los problemas de la industria del boxeo permanecerán mucho después de que desaparezca la novedad de Jake Paul y el Canelo. Los populares combates novedosos no afectan el arraigado hábito de autosabotaje del boxeo.

A ver, ¿en qué otra industria podría un principiante de alto perfil, famoso por ser famoso, hacer dinero que cambia la vida, mientras que los artesanos dedicados en el mismo campo o materia pelean por el reconocimiento y la compensación merecida y adecuada?

Seguramente no la música, donde los mejores cantantes siempre ganan más dinero. Y no publicando o escribiendo, donde solo los narradores o escritores más hábiles obtienen avances de siete cifras.

Televisa, TV Azteca, Univisión, Telemundo, la BBC, ABC, NBC o FOX definitivamente tampoco construyeron toda una franquicia en torno al emparejamiento de celebridades con bailarines profesionales en un concurso semanal.

Imposible. Eso sólo sucede en el boxeo, y por eso el boxeo está muriendo, otra vez.

NADA NUEVO

Con la única objeción que, los problemas del boxeo existían antes de Canelo y Jake Paul, y persistirán después de que ambos se aburran o sean golpeados.

En este momento, la mayoría de los fanáticos de la pelea quieren ver un enfrentamiento por el título mundial entre los pesos welter invictos Errol Spence y Terence Crawford, pero tendrán que conformarse con algo más porque los promotores de los dos peleadores no harán un trato.

Nadie como Canelo o Jake Paul existió en la década de 1990, cuando Lennox Lewis y Riddick Bowe nunca se conocieron en una megafight.

Simplemente no pelearon. Los combates populares de novedad no afectan el arraigado hábito de auto-sabotaje del boxeo.

El boxeo es boxeo, y no es el único lugar donde un novato o producto de la prensa puede monetizar a un gran número de seguidores.

La realidad es que Canelo, Paul, Mayweather y Triller, están sacando provecho al llevar las tácticas estándar de la industria del boxeo a nuevas plataformas.

El boxeo sigue existiendo porque los fanáticos del boxeo lo hacen. En septiembre pasado, 1.4 millones de personas sintonizaron para ver a Yordenis Ugas ganar una decisión sobre Abel Ramos para reclamar un título de peso welter. El número de espectadores fue el más grande para una tarjeta televisada desde que el deporte regresó después de una moratoria inducida por la COVID-19, y justo en línea con el número de personas que los expertos de la industria del boxeo esperan para peleas bastante grandes. Si nunca has oído hablar de Ugas o Ramos, ese es el punto. Un grupo de espectadores de buen tamaño se preocupa lo suficiente por el boxeo como para verlos pelear.

Y en los últimos días Showtime y DAZN (con excepción a las peleas cirqueras del Canelo), han enviado comunicados de prensa, y llenaron sus canales de redes sociales con horarios para sus próximos combates. Todas las peleas serias, con competidores de alto nivel, dirigidas al tipo de fanáticos del boxeo que no necesariamente planean sus noches de sábado alrededor de los eventos principales de Álvarez o Jake Paul.

Pero tienen a sus seguidores y alcahuetas.

Gente sin escrúpulos que los verán hacer casi cualquier cosa. Y el boxeo tiene menos barreras de entrada que cualquier otro deporte importante de América del Norte, lo que lo convierte en el lugar perfecto para que Canelo y Paul encuentren una ganancia inesperada.

No podrían hacerlo en el fútbol. Demasiado difícil jugar entre docenas de jugadores y encontrar una manera de hacerse parecer hábil, bueno o invencible. Podrían probar el tenis, pero ¿quién es alguien lo suficientemente bueno para llevar la pelota por la red y mantenerla entre líneas, pero lo suficientemente malo como para perder ante Canelo y Jake Paul?

TRÁMITES SIN SENTIDO

Y hay más, porque para organizar un combate de boxeo, solo necesitas un oponente del mismo género y tamaño algo similar, y que pueda obtener una licencia, que es mucho más fácil de lo que parece.

¿Pudiste leer esta frase? Entonces tus ojos funcionan. Felicitaciones. Estás a mitad de camino hacia una licencia de boxeo.

Y no quiero sonar capacitado o como un sabelotodo. Si estás leyendo esto a través de braille, o escuchando un dictado, y lo comprendes, tu cerebro funciona. Felicitaciones. Tú también estás a medio camino de entrar en la lotería a ser el próximo oponente de Canelo o Jake Paul.

A partir de ahí, Paul, Canelo y Triller siguen el libro de jugadas del boxeo. Los pugilistas locales en tarjetas locales generalmente tienen la tarea de vender boletos. Cuanto más vendas, más probable es que los promotores te contraten en futuras funciones.

La única diferencia es que en el caso de Paul su ‘violenta madriza’ a Nate Robinson se hizo viral, como todas las peleas de Canelo, que son exageradas en resultado, importancia y contexto, por un sector de la prensa que lo quiere ver encima de los demás. Por oportunismo, enriquecimiento, mezquindad, egoísmo, egocentrismo, narcisismo y nacionalismo.

¿Y la paliza unilateral de un peleador no apto/digno o a tiempo parcial? También estándar en el negocio del boxeo.

La mayoría de los aspirantes a contendientes construyen sus registros sobre desajustes similares, golpeando a barberos, jornaleros, taxistas.

Así que ese aspecto de las carreras de boxeo de Canelo y Paul es estándar. En sus última peleas, han derrotado a una estrella de las redes sociales, un jugador de baloncesto y Askren, mejor conocido por quedar inconsciente por Jorge Masvidal en un combate de UFC y a otros de la talla de Billy Joe Saunders, Avni Yıldırım, Callum Smith, Sergey Kovalev y Rocky Fielding a quienes solamente los conocen en su casa.

Todo rumbo al enriquecimiento de un ‘Youtuber oportunista’ y la ‘bizarra unificación’ tan ansiada del Canelo —dentro de un peso— que tiene más pinta de cobardía y falta de hombría, que de figura y ‘gran campeón’.

En cierre, todos sabidos que la manera de vivir o ‘modus operandi’ del boxeo es una farsa, capaces de admitirlo, pero no haciéndolo o copiándolo porque cada uno necesita, además, proteger una farsa personal, los dejo con la simple verdad que, la máscara de la mentira luce atractivos inexistentes. Razón por la cual, hay que aprender a detectarlos.

La UFC y Bellator nos siguen demostrando tener más seriedad que el boxeo con peleas y combates transparentes, imparciales y sin tanto pedo, para luego ‘cagar aguado.’

Por cierto, dicen que el Canelo quiere subir de peso y categoría para darnos algo crédulo y veraz. Yo en lo personal, no le creo ni a él, ni a la gente que lo promueve, tanto en sus oficinas, como en la distintas redacciones donde cuenta con un sinfín de paleros.

Los dejo. Hasta la próxima.

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