¡A SALIR DEL ABISMO!

Hace mucho tiempo que las Sparks no causan desmanes dentro de la WNBA; para volver a ser relevantes, deben espantar a sus antiguos fantasmas 

Por René Romano

LOS ÁNGELES, EE.UU. – Portgieter tenía razón de sobra cuando dijo que, sólo la renovación se puede mantener, porque el que se queda parado, se retrasa.

Y es lo que le ha pasado a las tricampeonas de la WNBA, las Los Ángeles Sparks.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque se han dormido en sus laureles y tras forjar su último cetro de Liga en 2016, todo ha sido un triste descenso, una caída libre y en un época en la cual, la nueva generación de aficionados a la WNBA ni les conocen. Y algunos, tristemente, ni se molestan en intentar hacerlo.

Hasta el día de hoy, van seis años y medio que no ganan absolutamente nada, luego de los cetros forjados en 2001, 2002 y 2016. Y estamos hablando de un equipo que se ha metido en los Playoffs en 20 de las 24 temporadas de la NBA, siendo el único equipo activo, en ganar títulos de forma consecutiva.

INADMISIBLE

No obstante, en las últimas dos temporadas, y como en 1997-1998, se han quedado a la orilla y al margen de los Playoffs por dos años consecutivos. Algo inadmisible para un equipo con la plaza de ‘Hollywood’ dentro de la WNBA.

Y es que ha sido una avalancha de malas decisiones de 2016 a la fecha, que catapultaron el arribo de horrores y pésimas experiencias como traer a Derek Fisher, que con una mano en la cintura, corrió a Candace Parker y a Chelsea Gray lejos, solo para que estas le demostraran en Chicago y Las Vegas, que estaban más vigentes que las Sparks y las pésimas decisiones que ni a los Playoffs, les han permitido volver.

Un torrencial de contrataciones con pésimos resultados, le secundaron, con decisiones aún peores y despilfarros en contratos insignificantes han sido la de nunca acabar con esta franquicia, que en los últimos años, ha parecido más como una casa de huéspedes, que un otrora tricampeón de de la WNBA.


LLEGAN A SU RESCATE

Y hay más, pues desde la partida de elementos claves en su Gerencia, nada han podido lograr. Las rupturas de lazos con gerentes y gente de básquetbol, como Christine Simmons, Anita Johnson y Penny Toller mermaron, y a mayor grado, en una franquicia, que tras dichas salidas, se dedicó a las pésimas decisiones y a perder. A tal grado que, ni a los Playoffs se metieron en las últimas dos temporadas.

Ojalá que hoy en dia, con Karen Bryant e Eli Horowitz, este último, un amante del deporte y gran conocedor (otrora coach), puedan no solo mejorar, sino figurar en una liga que ha sido dominada en los últimos tiempos por equipos jóvenes, mezclados con experiencia, garra y actitud. 

En cierre, porque se debe aclarar previo al Tip-off, a las Sparks, no se les permitirá nada menos que una cita en la Final de su Conferencia en 2023 y como plus, una gran Final.

Algo menos, será tomado como fracaso y digno de una limpia general de filas, aunque eso signifique el fin de la relación con los nombres de arraigo, incluidos aquellos de las hermanas Ogwumike, que juntas, no han ganado nada más que aplausos y sonrisas.

Los dejo. Hasta la próxima.

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