La MLB y la NHL siguen demostrando que les importa poco y nada lo que piensen jugadores, feligreses y lo que opine y sugiera la prensa deportiva especializada en su respectivo deporte; La WNBA, la NWSL, y el USWNT demostrando todo lo contrario

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE. UU— No hay verdad más grande en esta vida que la que siempre nos recuerda que, el sabio sí puede cambiar de opinión; el necio, nunca.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque la necedad, el conformismo y la comodidad son viles enemigos de la pasión, del crecimiento, y de los sueños, y porque, la indiferencia es el apoyo silencioso a favor de la mismísima mediocridad.

¿No me cree? Basta con darle un vistazo a la MLB y a la NHL actual. Ligas que al parecer, compiten para ver cuál de las dos es peor que la otra.

Ambas, vivos ejemplos de entes billonarios, encabezados por seres engreídos y aburguesados, y que no conformes con poseer grandes tesoros de los que a nadie participa, en su insaciable avaricia, continúan robando el producto de su trabajo al obrero y al peón.

¿No me cree? Basta con ver a un costado para observar a la MLB, hoy en día, una liga que no tiene la capacidad mental, moral y/o humana, como para arreglarse con propios y extraños y así realizar, planificar y ejecutar una temporada totalmente ‘regular’.

¿Y qué tal La NHL? Un ente que hasta hace poco prometía cambios —para bien de todos los involucrados— y que en tiempos más recientes, erróneamente pecó y decidió revivir su enfermiza relación con el conformismo, la demagogia y su acostumbrada mediocridad.

Y es que aun mezclando una con la otra, no se sacaría una buena de las dos.

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Pero iremos por partes, iniciando con la MLB, que al parecer no quiere sanarse de sus males. A tal grado que, es casi seguro que la temporada regular 2022 no comience a tiempo.

Esto debido a que, el pasado 2 de diciembre, los propietarios de las franquicias de la MLB bloquearon a los jugadores en el primer paro laboral del deporte desde la huelga de 1994. Razón por la cual, los jugadores de grandes ligas no pueden reportarse a los campamentos de sus equipos ni comenzar a jugar una temporada de béisbol hasta que ocurra una de dos cosas: Los propietarios del club levanten el cierre patronal o se llegue a un acuerdo.

Hasta el momento, las negociaciones laborales deportivas son bastante impenetrables para cualquier persona que no sea el consumidor más dedicado. Cada cambio incremental en las propuestas es intrínsecamente estrecho y esotérico y, excepto para las personas involucradas, no es especialmente significativo hasta que se hace el acuerdo.

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?

Lo que la MLB necesita: Un nuevo convenio colectivo

Básicamente, todo sobre el béisbol se rige por un acuerdo negociado colectivamente entre la propiedad y la Asociación de Jugadores de la MLB que se renegocian cada pocos años (la duración exacta de los CBA ha variado, pero últimamente han sido cinco años).

Si no se llega a un nuevo acuerdo antes de que expire el CBA saliente, los jugadores pueden atacar y los propietarios del equipo pueden implementar un cierre patronal, que es lo que hicieron. Desde la huelga del 94 que canceló la Serie Mundial y vio la popularidad general del béisbol recibir un golpe, los paros de trabajo en todos los deportes han tomado la forma de cierres patronales, con los propietarios actuando rápidamente para evitar una huelga en temporada.

Durante años, un cierre patronal en esta temporada baja ha parecido casi inevitable. En este mismo espacio, previo al cierre patronal, hablamos de algunos de los antecedentes relevantes, hasta e incluyendo las polémicas negociaciones de reinicio de la temporada 2020.

Pero en resumen, las tendencias cambiantes y varios CBA ampliamente considerados como pérdidas para el sindicato dieron lugar a que el salario promedio del jugador se estancara o bajara, incluso cuando los ingresos aumentaron. En otras palabras, a pesar de que los jugadores de béisbol están bien compensados y algunos logran riqueza generacional, su porción del pastel de la industria no ha seguido el ritmo de lo que los propietarios de clubes están haciendo.

MLB ha dicho que un acuerdo para poner fin al cierre patronal debe ser alcanzado antes del 28 de febrero para preservar de manera realista el día de apertura programado para el 31 de marzo. Algo que no prevemos suceder, pues a ciencia cierta, no se ve la luz al final del túnel.

¿QUÉ PROCEDE?

Por ahora, estamos seguros de que ambas partes se seguirán acusando mutuamente de ser obstruccionistas en las semanas posteriores al cierre patronal. MLB esperó más de un mes después del cierre patronal para hacer una nueva propuesta y la liga solicitó la asistencia de un mediador federal — un proceso voluntario y no vinculante de involucrar a un tercero en las negociaciones-y el sindicato rechazó esa solicitud.

Siendo sinceros, nunca iban a llegar a un acuerdo en diciembre o enero. Con la fecha de vencimiento de la CBA en el retrovisor, las negociaciones necesitaban la presión de un plazo más amenazador para llegar a cualquier parte, que no existió hasta la reanudación programada de la actividad de béisbol este mes.

Dicho esto, el sindicato tampoco iba a negociar contra sí mismo. Y un mediador habría sido un paso inusual en ese momento del proceso, con tantas cuestiones aún sobre la mesa. La liga diría por qué no utilizar todos los recursos disponibles, pero el movimiento se lee en gran medida como teatro.

Durante un puñado de sesiones de negociación sobre economía básica celebradas en la ciudad de Nueva York, se han acercado unos a otros. Al comienzo del cierre patronal, el sindicato estaba pidiendo tres cosas que la liga ha dicho que simplemente no cambiarán en este CBA: reducir el reparto de ingresos entre los equipos, la agencia gratuita antes de seis años de servicio para algunos jugadores y el arbitraje después de dos años de servicio.

CERO GARANTÍAS

Aunque nada está garantizado hasta que se ratifique todo el acuerdo, algunos temas parecen ser mutuamente aceptables, o al menos tolerables. El bateador designado viene a la Liga Nacional. El campo de postemporada podría expandirse. Se podrían agregar parches publicitarios a los uniformes.

Pero aún queda mucho camino por recorrer. En términos de números puros, no están de acuerdo sobre el salario mínimo de las grandes ligas, la cantidad de dinero en ese grupo de bonos pre-arb y a cuántos jugadores debería aplicarse, el número de selecciones de draft sujetas a la lotería y el número de equipos en la postemporada ampliada.

Y luego está el impuesto de lujo, conocido oficialmente como el impuesto de equilibrio competitivo. Naturalmente, a la Unión le gustaría que se aumentara significativamente el umbral de pago, para disminuir la presión artificial a la baja sobre el mercado de agentes libres.

¿Y LA NHL?

En cuanto a la NHL se refiere, continúa siguiendo el mal ejemplo de la MLB. Y lo hacen al pie de la letra. Es una liga cuyos ratings continúan en declive. A tal grado que ya han alcanzado el 33% de ‘decline’ a comparación con el ‘Hockey pre-pandemia’. Han perdido un tercio de su audiencia previo al devastador virus del Covid.

En pocas palabras, ya casi nadie los ve y de acuerdo con lo que me cuentan desde Toronto, tampoco los leen, pues sus números en la web han caído tan bajos, que estudian la posibilidad de tener menos sitios dentro de su network.


De momento son nueve idiomas. Piensan recortar los que menos visitas reciben, siendo estos los que informan en el idioma galo y el español, que realmente vienen siendo un copy/paste /traducción de lo que escriben los canadienses que manejan el departamento editorial en las oficinas de Toronto, Canadá.

De hecho, la NHL ha caído tan bajo, que hasta la lucha libre tiene mejores números. La transmisión y administración de TNT de los juegos en vivo de la NHL ha demostrado ser un zafarrancho total, ya que el contrato preexistente de la red con All Elite Wrestling, que es prioridad, ha provocado un montón inicios tardíos en partidos de la NHL, por diversas razones y motivos.

La preferencia de los televidentes por la lucha libre sigue afectando a la NHL a tal grado que, Turner Sports ha programado sus ‘miércoles de la NHL’ alrededor del espectáculo AEW: Dynamite en horario estelar, un movimiento que ha empujado al hockey a la franja horaria nocturna donde ahora, menos gente los puede ver.

En el transcurso de sus más de 15 transmisiones independientes de la NHL, TNT ha tenido un promedio de 235,625 espectadores, un resultado bastante anémico dado el tamaño de la audiencia inicial. Según datos de Nielsen en vivo y el mismo día, las entregas de AEW: Dynamite que precedieron a la cobertura de la NHL de TNT promediaron 911,875 espectadores, casi cuatro veces la asistencia a las transmisiones de hockey tardías.

Por si eso fuera poco, Disney ha ‘eliminado’ de forma definitiva, su paquete de temporada regular de la NHL. Algo que resultó, en otra gran pérdida de televidentes y seguidores.

WNBA, NWSL Y USWNT AL ALZA

Y mientras la MLB y la NHL siguen sin encontrar la fórmula perfecta para evitar o frenar su caída libre— y suman más enemigos que amigos— ocupan el asiento ‘de atrás’ ante el brillo y protagonismo de la Lucha Libre, el fútbol de la MLS y todo lo proveniente de la WNBA, la NWSL y el USWNT.

Entes que no solamente han mejorado en lo que exponen, sino además, en todo lo que pretenden, representan y atraen.

La MLS por ejemplo, continúa creciendo a pasos agigantados, mientras la NWSL y el USWNT insisten en seguir logrando cristalizar sus metas económicas y deportivas. Resultados que a la postre se tornan vitales, y en algunos casos históricos, siempre a favor del crecimiento de sus respectivas disciplinas dentro del mapamundi del deporte.

La USWNT ya devenga lo mismo que los hombres y la WNBA ha subido su ‘cap salarial’ a 1.5 millones de dólares por año. Una mejoría sustancial a lo que las ‘femmes’ devengaban antes.

Todo gracias a arduas labores y plena dedicación de todos los involucrados, que han encontrado soluciones a través de buen diálogo, mejoras salariales, buenas acomodaciones, iguales o similares a los de los hombres, que a la postre abren paso a alzas significativas en ratings, que insistimos, se siguen disparando en la MLS, la NWSL, la WNBA y al USWNT sobre la MLB y la NHL.

En cierre, le recuerdo a todos, pero específicamente a los personeros de la NHL y la MLB que, sus fracasos no tienen excusas que los respalden. Siempre estarán los que ganan, pero también los que vilmente siempre tienen una excusa para perder.

Los perdedores, como los autodidactas, tienen siempre conocimientos más vastos que los ganadores. El día que se propongan mejorar, sin perder el tiempo en querer sabérselas todas; el placer de la erudición está reservado a los perdedores.

Cuanto más sabe uno, es que peor le han ido las cosas.

Los dejo. Hasta la próxima.

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